En el pecho, encendido, ardiendo, quemando. Quieres salir, cabrón. Necesitas salir. Sabes que hay de comer ahí fuera y que no me importaría que ganases esta vez. Eres lo único que queda cuando ya no queda nada. Eres la fiebre delirante que no baja ni quiere bajar. Eres la parte de mi más guardada. La sístole sordomuda de un corazón podrido. El grito afónico perdido en un cañón. ¿No pudo quedar nada más que tú, un maldito veneno que corrompe lo poco bueno que controlo? Si al final te gano y consigo volver a encerrarte sabré que no me puedo confiar. Demasiado fuerte me creía. ¿Cómo dominas a un agujero negro que se traga hasta los últimos rastros de sentimientos? ¿Cómo hablas con algo que intenta apagar hasta la última voz que escuchas? No se puede, no se puede. Aún así tengo que intentarlo. Forzar. Porque no sé cuando voy a ceder el pulso y me parece que no falta mucho. Recordando tantas cosas y saliendo a flote para descubrir que la luz sólo era una linterna a medio hundir, sumergida todavía en el agua.
Pierdo... Odio.
Nos vemos en… The Penguin and the Necksnap
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Aquí nos movemos permanentemente: The Penguin and the Necksnap. Plumaseca
seguirá publicando sus aventuras en: Squeeze me, please. Gracias a todos
los que ...
Hace 14 años
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