Me cago en dios. Poco a poco la gente hace su vida y su camino. Se acerca y se alejan con los meses, los años y los momentos, como las mareas de luna llena, las más vivas. Lo de hoy trata sobre uno que siempre estuvo cerca (y tan cerca) de esos rincones viscerales, más de las tripas que del corazón, pero de ambos a la vez. Tras siglos de traspiés y de jugar al frontón con las esquinas, parece que uno de los nuestros encuentra su sitio. Para quien lo conozca bien, sabrá que no era tan de extrañar, que siempre quiso ser marino, bribón, soldado o canalla(o cualquier combinación lineal de las 4), con tal de portar el valor en la diestra y la fuerza en la siniestra para acabar anónimo y muerto en las páginas de un libro de Reverte, pero muerto, eso sí, con dos cojones bien puestos. Bien supiste que el honor no era preciso para rajar a pólvora y fuego y que la mejor forma de que nadie se olvide de tí era hacer ruido, mucho, mucho ruido.
A ver si algún día te leo por ahí. Sé feliz, capullo.
Nos vemos en… The Penguin and the Necksnap
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Aquí nos movemos permanentemente: The Penguin and the Necksnap. Plumaseca
seguirá publicando sus aventuras en: Squeeze me, please. Gracias a todos
los que ...
Hace 14 años
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Felicidades tio
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