No he podido evitarlo. Sabía, cuando la vi por primera vez que teníamos que acabar juntos y poco a poco empecé a moverme para conocerla mejor, viendo fotos suyas, analizando su color y sus perfectas medidas... Me daba miedo incluso tocarla por si mis indignos dedos llegaban a molestarla. Pero hoy, después de meses de persecución, cantares de amor, flores, paseos, cenas, poemas y algún que otro momento de sexo salvaje, por fin está entre mis brazos, rendida como una tierna gatita negra, esperando a que juguemos los dos durante toda la noche. Ahí está chicos. Es mía.
Nos vemos en… The Penguin and the Necksnap
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Aquí nos movemos permanentemente: The Penguin and the Necksnap. Plumaseca
seguirá publicando sus aventuras en: Squeeze me, please. Gracias a todos
los que ...
Hace 14 años
1 Matices precisos:
Dios mío, como todas las mujeres ya te ha poseído.
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