Tenebrosos tiempos han pasado. Muertes, traiciones, engaños y penurias. Nada es lo que fue. Y mientras el mundo se agazapa temeroso, preguntándose qué más van a tener que sufrir, una silueta se recorta en la noche. Ha decidido vivir su propio camino y salir a buscar el apocalipsis que se aproxima. Según camina se da cuenta de que nada es como parecía. Sin el factor sorpresa y la trompetita sacándote el corazón del pecho del susto, los cuatro jinetes pierden bastante impacto. "Miento mejor que vosotros, corro más que vosotros, SOY mejor que vosotros".

Tristes jinetes. Se dejan ver durante todo el año y ahora creen que pueden hacernos esperar, tenernos en vilo hasta que se dignen a bajar nuevamente a devorarnos. Pues yo me niego. Cuento con una baza secreta. El oráculo ha hablado. Su bendición comienza a surtir efecto. Y sé que invocando la desgracia he cumplido con sus designios. Nunca más un esclavo del destino. Desde ahora, un nuevo jinete. Del apocalipsis. De mi apocalipsis.

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