Fuego, deprisa, en tus manos
pendientes del hilo que manejan
mis labios dibujando por tu piel
catedrales de pecados incorruptos.
Hielo, despacio, en tus ojos
mirando fijamente el vacío
latiente de tantas veces
que no te besé cuando debía.
Luz, quemando, en tu boca
suave entre los dientes y la lengua
rozando la saliva con la humedad
que devora la manzana por dentro.
Noche, incinerada, en tu cama gris
sin un pelo culpable ni manchas
carmesíes en la almohada, ni marcas
en la carne, ni olor de sexo, ni dos.
------------------------------------------------------------------------------------------------pendientes del hilo que manejan
mis labios dibujando por tu piel
catedrales de pecados incorruptos.
Hielo, despacio, en tus ojos
mirando fijamente el vacío
latiente de tantas veces
que no te besé cuando debía.
Luz, quemando, en tu boca
suave entre los dientes y la lengua
rozando la saliva con la humedad
que devora la manzana por dentro.
Noche, incinerada, en tu cama gris
sin un pelo culpable ni manchas
carmesíes en la almohada, ni marcas
en la carne, ni olor de sexo, ni dos.

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