Hoy vamos a hablar sobre la sinceridad, definida por el diccionario de la RAE como: Sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento.
No parece muy difícil de hacer, ¿a que no? Bien, pues la mayor parte del universo conocido se pasa esta sencilla palabra por el forro de los huevos. Ya sea por no quedar mal, por quedar bien(que no es lo mismo), por conseguir un objetivo, por costumbre o por derecho divino, pero a todo el mundo se le olvida esa parte de la enciclopedia. En las relaciones humanas no es fácil conseguir un equilibrio ni una aceptación por parte de todo el mundo y generalmente lo que hacemos día a día puede estar bien o mal visto. Como vivimos en una sociedad llena de perfección y alegría, la mentira es una herramienta indispensable para actuar según la naturaleza humana y aún así parecer una persona. Convencerse a uno mismo de que actúas correctamente es fácil, sólo tienes que sentirte a gusto y eso no suele conllevar una excesiva preocupación por la opinión ajena, pero convencer al resto... Ya va siendo más complicado, ¿no? Ahí entra entonces el factor mentira. Les contamos a la gente lo que quieren oír de nosotros, no lo que somos en realidad. Basamos la amistad en un sistema de "tú me das y yo recibo", absolutamente egoísta. Tenemos compañeros, colegas, ¿y amigos? Pocos, maldita sea. Muy pocos. Y generalmente porque no somos sinceros ni con nosotros mismos.
Tengo una costumbre, que considero muy sana y gratificante, que es la de hablar con mis amigos, cuanto más, mejor. Aunque sea de chorradas supinas o del futuro próximo de la humanidad, lo importante es hablar. Una conversación, cuando llena, es un intercambio de ideas, historias, recuerdos, opiniones... Pero es un intercambio sincero. No puede haber mentira, porque a largo plazo, todas las mentiras se acaban destapando. La falta de sinceridad es una lacra, pues en la primera mentira empieza la primera desconfianza y sin confianza no hay relación (lo que se entiende por una buena relación de amistad o sentimental, claro) que valga.
Aún así, lo bueno de la gente mentirosa es que cuando se destapa el pastel no tienen forma honrosa alguna en la que defenderse y acostumbran a caer en la indignidad y la mentira aún más descarada para justificarse. Hoy, de corazón, quiero que dediquéis cinco segundos de vuestro tiempo a cagaros en todos los mentirosos del mundo, por hacer de nuestras vidas un lugar más lleno de desconfianza. Gracias, hijos de puta.
Como despedida una muestra de filosofía humanitaria por parte de Joseph Goebbels, ministro de propaganda del gobierno nazi:
- "Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad".
- "Más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil".
4 Matices precisos:
Desde Buenos Aires, desayundando entre risas mientras te leo. Un abrazo.
¡Gracias! Espero que hayas hecho caso del consejo y gastado bien esos cinco segundos. Un abrazo.
Me cago en....CENSURED...joer, me ha salido poco creible! :) Un abrazo.
Hombre, si el CENSURED duró lo suficiente y fue dicho con ganas, yo me lo creo^^.
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