Es jodido. Aclarar la mente. Enfocar las ideas.
Tras mucho tiempo intentas una y otra vez pararte, cambiar, asumir y digerir. Todo a la vez. Cuesta confiar de nuevo. Cuesta alquilar ventanas limpias cuando las tuyas están sucias por mucho que limpies. Cuesta quitarse esos quilos extra de los hombros, cargándote el ánimo con su peso tan vivo todavía.
¿Qué pasa con el mundo? ¿Qué pasa con la gente? Quizás sea cosa mía, quizás nosotros estamos perdiendo el rumbo. Pero cuanto más lo pienso menos lógico lo encuentro. Los que parecen por fin normales ocultan mucho y malamente. Yo sé. Vosotros hacéis que no sabéis. No hay mentira más arrastrada que la negada en silencio. La obvia, la que ambos saben y ninguno dice. ¿Porqué la falta de sinceridad? ¿Porqué el egoísmo? Nos cortan las alas que aún no han empezado a nacer. Nos las dejaron rasgadas y nada ayuda a arreglarlas.
Quizás hoy sea diferente, quizás hoy...

Hoy no puedo soportar las ausencias en lo sincero, los impulsos llevados sin ancla, las palabra atadas al aire, los carteros sin cartas ni visas, los lapsus de memoria convenientes.
Hoy necesito un abrazo, un cuerpo soñando en mi pecho, una sonrisa sincera a Morfeo, un silencio compartido con Deseo. No un ayer, un mañana.
Hoy odio a los que cambian de registro por semana, a los tristes porque les da la gana, a los mal disimulados con malicia, a los otros, a los planos de encefalograma.
Hoy traigo a los valores que no bajan en bolsa, a un trozo de retales de mente, a un capote de torear tormentas, a la marca de tinta pegada al contrato sin letra pequeña.
Hoy quemo a los infieles de si mismos, a los que mienten por no dar la cara, a los ladrones de ilusiones ajenas, a los machos de cabra loca que muerden dolores de cabeza.
Hoy invito a las minas de rubio castaño, a los capullos abiertos de piernas al alma, a las medias de seda sin carreras de grises, a las balas perdidas que apuntan a corazones de tela rasgada.