Encallecido el árbol de la vida
no le quedan más sopresas a la noche,
descongelan las paredes los reproches
que siempre quieren ganar la partida.
Comunión de penas sin alma, evidente
fue lo que callaste, amargo paseo
de tardes transparentes, no veo
la hora de volvernos reincidentes
en espejos nublados que asfaltan
la poca luz que queda en tu cintura.
Carmesíes se tornaron las canciones
azules y blancas en otros veranos,
carantoñas que quisieron ser más llamas
al momento de plantar un quién sabe,
al instante en que nacía un qué dirán.
Serán de los dos las sábanas impares,
canosas a los veinte por falta de tú y yo,
suaves e inútiles cuando no me llames
por mi nombre, ásperas y vacías
cuando suba el precio del amor.
Nos vemos en… The Penguin and the Necksnap
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Aquí nos movemos permanentemente: The Penguin and the Necksnap. Plumaseca
seguirá publicando sus aventuras en: Squeeze me, please. Gracias a todos
los que ...
Hace 15 años
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