¿Por qué ellas tienen un sitio para todo?

Para añadir algo de carácter intelectual por mi parte al Blog he decidido hacer uso de mi colección de revistas (mas conocida como el puntito "cultural" de los cumpleaños) de las cuales voy intentar poner la colección de monólogos de Pablo Motos.



ES UNA VERDAD INCUESTIONABLE que las mujeres tienen un lugar para cada cosa. Para ellas todo tiene su sitio, pero luego llegas tú y dejas el cortaúñas al lado del mando de la tele, que es su sitio, y les sienta fatal. ¡pero si yo me corto las uñas en el salón!¿Dónde lo dejo entonces?¿Quieren que lo meta en la nevera?

SI UN HOMBRE PUDIERA, lo tendría todo al lado del mando de la tele: las mancuernas para hacer pesas, el teléfono de la pizzería, el dinero para pagar al de la pizzería, un cordel atado al dedo gordo del pie conectado con la puerta para abrirle al de la pizzería...

PERO LAS MUJERES TE OBLIGAN a guardarlo todo en cajones. Y, a partir de ese momento, la necesitarás siempre a ella para encontrar tus cosas. Porque el hombre no busca, el hombre escanea: pasas la vista por encima del cajón y si tu penetrante vista no encuentra lo que está buscando a la primera, la llamas: "¿Donde están mis calzoncillos de tortugas?". Y ella: "Pues en su sitio". Y tú: "pues no están". Entonces llega ella y, sin mediar palabra alguna, te aparta, mete la mano en el cajón y. como si fuera una pinza de ésas que sacan juguetes de la feria, consigue sacar tus calzoncillos de tortugas.

A LAS MUJERES TAMBIÉN LES MOLESTA que los ceniceros tengan colillas. ¡Pero si ése es su sitio! Un hombre puede tener el cenicero lleno, que parece un plato de macarrones, y ser feliz. Pero si ella ve una colilla en un cenicero, le pasa lo mismo que a Falete si lo dejas al lado de un plato de paella: tiene que vaciarlo y dejarlo limpio.

EL SITIO PARA LAS COSAS que tiene las mujeres no siempre el el más lógico. Por ejemplo, el papel higiénico en casa de una mujer jamás está en el baño, allí sólo tienen el del portarrollos. Ellas necesitan tanto sitio para las cosas de limpiarse la cara que no les queda espacio para las de limpiarse el culo. Las mujeres guardan el papel higiénico en el altillo de un armario de la cocina. Y, claro, tú terminas de hacer caca y si se ha terminado el papel, ¿qué haces?¿Te vas a la cocina con el culo al aire y, de paso, te haces un café?

Y LUEGO CREEN que el sitio del cargador del móvil es el enchufe. Las muy locas se dejan el cargador enchufado sin el teléfono. Y les da igual que les digas que pueden llegar a provocar un cortocircuito. Lo importante es que el cargador esté en su sitio, aunque se incendie la casa. Y que luego los bomberos lleguen y comenten entre ellos: "Siniestro total, pero, oye, ¡estaba todo en su sitio!".

LAS MUJERES NO SÓLO TIENEN un sitio para cada cosa, también tienen una forma de guardarlo todo. La mujer dobla; el hombre hace pelotas. Porque la pelota es la forma ideal para un hombre. Por eso nos dejamos los calcetines hechos dos pelotitas, el pijama hecho una pelota, la toalla hecha un pelota... Y dejar el salón recogido significa: los almohadones hechos una pelota, el mantel de la cena, hecho una pelota, las migas de pan hechas unas pelotillas... Sin embargo, ellas doblan hasta las bolsas de plástico. Hacen triangulitos perfectos que guardan en el cajón de las bolsas. A veces, cuando ella me ve tirado en el sofá, siento que me va a doblar y me va a meter en el sinfonier.


TAMBIÉN DICEN que tenemos la toalla de las manos siempre mojada. Claro, es que nos secamos con ella. ¿Con qué se secan ellas cuando se lavan?¿Con la pared?

ELLAS SIEMPRE SE QUEJAN de que los hombres lo salpicamos todo cunado nos lavamos. Pues claro, porque los hombres respiramos.¿Cómo te vas a lavar la cara sin resoplar con la nariz?Tienes que hacer "pfrrrrrr, pfrrrrr" y echar todos los mocos. Yo por la mañana necesito quedarme bien limpito pos dentro. A ellas las es y van impecables por fuera, pero a saber cómo llevan la nariz por dentro. Claro que igual es que piensan que la nariz es el sitio ideal para guardar los mocos.


por Pablo Motos para la revista DT de Abril del 2007