Volverán los buenos tiempos
cargados de verdades absolutas,
mentiras que nos hicieron sentir
cosas que ya sólo se asoman.
Caerán deprisa los mitos
como cae la fé en la agonía,
no será enfermizo este baile
avaro de fiestas y alegrías.
Con el brillo que quedó en la retina
podríamos quemar los mares,
con la cuenta que dejó la desdicha
pagaría la renta de mis años.
A la primera imprecisa que toque mi frente,
al eslabón perdido que se rompió en mi mente,
a la preciosa camisa de once varas ardientes,
al silencio marchito que abandona tus labios,
a la clase de gente que te enseña a bocados,
al rubor traicionero que fulmina tu cara...

Casi dos mundos, todo y nada.

1 Matices precisos:

Cassandra Beltari dijo...

Volverán buenos tiempos, sí.
Como las lágrimas que te demuestran que estás vivo.
Y será todo extremo, genial o terrible, (porque lo que cuenta es que llene el pecho).

Al final saldar cuentas y endeudarse será casi lo mismo. (porque no puedes hacer una cosa sin hacer la otra).

Y honraremos lo llorado y lo reído por igual, forjaremos la cadena y descubriremos que, aunque no llenemos las camisas de once varas, podemos llegar a ser más grandes de lo que jamás pensamos.

Los dos mundos serán uno y cientos, y...