Bueno, este un texto sobre el que estuve hablando con Yokeem hace poco, y como no recordaba bien lo que decía pues así ya se lo enseño. Tiene ya unos mesecillos, ¿eh?, así que no os rayéis mucho con lo que dice.

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Hay días que te odio tan sólo porque no me miras.
Y odio cada parte de tu cuerpo que no puedo acariciar.

Hay días que detesto cada palabra que no dices.
Y cada palabra que dices si no es para mí.

Y es que a veces te odio entero porque no me oyes.
Porque no te enteras de que estoy aquí, odiándote.
Gritando sin que me escuches.

Y odio lo que haces. Y lo que tocas.
Y hasta el aire que respiras.
Y no soporto no ser yo tu tarea.
Ni que no sea en mi mejilla tu caricia.

Hay veces que te odio porque te quiero.
Porque me veo sola con tanto sentimiento.

Odio todo aquello que te saca de mi cama.

Y me odio, también, por odiarte.
Porque te amo hasta tal punto que el odio se me atraganta.
Escapa por entre mis ojos cerrados.

Y es que hay días que ni el odio es suficiente,
porque el amor, de tan grande, me lo tapa.

3 Matices precisos:

Dante de la Fuente Alonso dijo...

Maldito monstruo que nos desgarra por no poder amar lo suficiente, que nunca es lo que amamos.

Maldito odio que nos consume por no querer darnos cuenta de que todo lo que fue ya no está.

Maldita espera traicionera, amarga y mentirosa que nos hace delirar con malas esperanzas.

Bendito el texto que escribiste y el sentimiento que no abandona el corazón, que ayuda a comprobar que a pesar de maduros, no estamos muertos...
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Como bien me dijeron hoy, la palabra para calificarte el texto es Precioso^^.

panchito el glu glu dijo...

Amor y odio, en realidad son uno.
Amas y deseas lo que no tienes porque lo quieres para tí, y al mismo tiempo lo odias con toda tu alma porque no es tuyo.
Ambos sentimientos van unidos de por vida, son uno e indivisible, tan solo cambia la perspectiva desde la que miramos las cosas.

Dante de la Fuente Alonso dijo...

Una vez releído y contextualizado me parece todavía mejor... y más jodido por aquello de la interiorización. Malditos decimales, maldita incertidumbre.

"Hay días que detesto cada palabra que no dices". Porque una cosa son palabras y otra cosa son las que necesitas escuchar...