Callejón

A este paso no amanece en tu vida, chaval. El ombligo no es el espejo del alma ni la gente de usar y tirar. Desde un principio a toda acción le ha seguido una reacción y no veo que te lo hayas aprendido. Corres, sí, sé que corres, que escapas de algo, pero ya no sé de qué... A muy pocos les dí tu rango, a menos les cogí tanto cariño. Te querría decir mil cosas. Te querría enseñar con silencio. No sé cuál es la buena para ti, no sé si lo sabré. La vida es de cada uno, sí, pero hay que tener en cuenta siempre la vida de los demás. Tu libertad acaba donde empieza la de los demás. Tu felicidad debería acabar donde acaba la gente a la que quieres. ¿Quieres probar? Prueba, sin miedo, total sólo son dos días los que estamos aquí. ¿Quieres ser libre? Vuela, vuela muy alto y no mires hacia abajo, pero ten en cuenta que las alas de cera se derriten. ¿Quieres ser más tú y menos cómo quieren que seas? Me parece lo más normal. Somos únicos y nuestros, como debe ser. Pero, ¿cómo eres tú? Aunque no tengas nada claro, esto deberías saberlo. Y no creo que lo sepas. Ni de dónde vienes ni adónde vas. A quién dejas atrás y lo que te espera delante. Mucha gente te ha llevado hasta ahí y lo que más me jode es el potencial que desperdicias. Te han dado oportunidades que muchos no tienen. Te han aguantado cosas que a otros ni se les ocurren. Te puede parecer que no es así, estás en tu derecho. También en el de no escuchar. También en el de pensarlo un poco. Con todo lo que hemos hablado, todo lo que hemos vivido y parece mentira que hagas lo que haces, que te escondas de la realidad en ti mismo, que mientas de esa forma a los que más te quieren.

Yo sé que no eres así, que una parte de tí sí que lo es y que la otra no tiene fuerza para tirar, pero hay que sacarte esa parte. Hay que aceptarla, dominarla y templarla. Juntar las dos, tres o cuatro (¿quién sabe cuántas? Quizás ni tú mismo), hacerte por primera vez en tu vida completo. Y si sigues pensando lo mismo una vez las hayas juntado, una vez hayas pensado, una vez hayas abierto los ojos y una vez hayas hablado, entonces haz lo que quieras porque no te tendré nada más que decir y será tu decisión, aunque ahora tampoco sea la mía. Pero, ¿qué coño quieres que haga? Me importas demasiado, me preocupo demasiado y quiero creer que lo hago porque te lo mereces. Quiero creer que algún día escribiré y será para decir que ya pasó y que te encontraste. Que no me volví a equivocar como tantas veces...