La ausencia, el olvido, el sopor, la baba corriendo en líneas aburridas, la libertad atada a sus cadenas. La misma que no eres, la otra que querías. El místico latido caprichoso que abarca mis oídos, la purga de verdades... ¿tantas fueron?
Lo intrépido de la risa, lo básico de tu boca, el caos onírico de mi pecho, la calma en el ojo de tu huracán.
Frunciendo el alma te observo, confío, te creo. Sudo pensando posiciones ventajosas, caballos que maten alfiles, mosaicos de fintas y credos. Paciencia, paciencia, paciencia... ¿Oyes el eco? Repite conmigo: "Me creo". Miente conmigo:"Me creo". Sangra conmigo: "Me creo". Lo acabas creyendo, ¿verdad? Filosofía cara, sin concesiones. De verbos en pasado, de sujetos en presente, de adjetivos en futuro.
Los frenos, la gente, la epidemia, las cicatrices bien marcadas, los infelices, las mascaradas, la casa de putas con fronteras que siempre fue este mundo...

Y a pesar de todo, me sigue gustando.

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