He aquí que todo ha llegado a su fin. El muro se ha roto. Ya podemos entrar en el paraíso.
El sacrificio ha sido muy grande, pero la victoria lo ha sido aún más. La dios ha vencido.
Han sido necesarias todas las armas, pero entregando hasta el último vestigio de fuerza se ha logrado.
Aunque ahora los dioses han condenado nuestra alma a un eterno sufrimiento, eso no importa, ya que la diosa ha vencido. Si el dolor es nuestro destino, lo asumimos con valentía y honor.
Porque cuanto mayor sea el sacrificio mayor será la victoria. Y esta victoria ha sido muy grande.
Y todo se ha hecho por el bien de la diosa.

1 Matices precisos:

Dante de la Fuente Alonso dijo...

Ahí, ahí. Mira qué le pasó a Hitler por ser cabezón en Stalingrado, por más que le dijeron sus generales más expertos él siguió erre que erre hasta enpantanarse en un campo de muerte que llevó a la ruina a su ejército.