Hace unos días estaba hablando con un amigo y en medio de la conversación me comentó una duda que tiene, al parecer la gente que conoce adquiere la costumbre de confiar en él para temas delicados; y mi amigo no es capaz de entender el porqué de este fenómeno. A raíz de esto me puse a pensar en un tema que personalmente me parece muy interesante; qué necesita tener un amigo para ser esa persona en la que confías, a la que eres capaz de contar tus secretos, tus dudas, tus miedos y también, como no, tus alegrías.
Según yo lo veo primero necesitaría ser alguien de quien esperas que sepa guardar un secreto importante, porque todos tenemos secretos guardados que no queremos que sepa todo el mundo, aunque a veces sintamos la necesidad de hablarlos con alguien. Por otra parte debería que tener una forma de pensar y razonar mínimamente coherente (lo que no es precisamente trivial) y, a poder ser, similar a la del que decidió elegirlo como confesor de sus pensamientos; para que así cuando opine sobre lo que se le está contando, sus opiniones le sean útiles a la otra parte. Que yo he oído consejos que era mejor no haberlos escuchado.
También tendría que ser alguien que entienda lo que se le está confiando, lo cual en cierto casos necesita de una cierta habilidad para ponerse en la situación de los demás, caminar en sus zapatos como dirían los ingleses. Y finalmente, y esto es lo más importante, tiene que querer aceptar esta responsabilidad; pues no puedes descargar todas tus preocupaciones en alguien y esperar que te resuelva la vida porque sí, eso solo lo hacen un cierto tipo de personas muy escaso en nuestros días: las buenas personas.
Una vez hecho este análisis de requisitos, el abajofirmante se pregunta si su amigo tiene lo necesario para formar parte de esas personas que la gente elige para contarle las cosas importantes de verdad; cierto es que no lo conozco desde hace mucho tiempo, pero puedo afirmar que tiene muchos puntos para ser el elegido en esta empresa.
Dedicado a … ;)
Por André.
6 Matices precisos:
Cagonrós,joer,coño,ostia,que me emociono... Mira que hace poco que conoces a la persona y...¡Qué cosas tan bonitas has dicho de tu compañera becaria!
;)
Coff, coff.
Ejem, ejem.
Si es q las becarias ahora ya vienen incorporadas con el titulo d psicoanalista tecnico auxiliar xD
La verdad es q sin este amigo no se lo q hariamos, estariamos sumidos en un mundo oscuro y tenebroso
Me pidieron que escribiera algo mínimamente serio y yo, lo hice. Pensé en coger unos pensamientos que rondaba mi cabeza y exponerlos públicamente. Os conté mi opinión sobre algo esperando, ingenuamente, que alguien me respondiese con la suya.
También escribí una introducción explicando por qué surgieron esos pensamientos, y se me ocurrió concluir (maldita la hora en que lo hice) aplicando mis razonamientos anteriores a alguien en concreto.
En contra de lo que creen los lectores de esta página, mi entrada inicial no era una campaña de elogio y peloteo al creador del blog. Es verdad que es él al que me refiero en los párrafos primero y cuarto, pero en el resto de los párrafos, en el cuerpo de mi texto, en dónde realmente digo algo, ahí, no estoy refiriéndome a él, ni a ninguna otra persona en concreto. Era algo mucho más simple, algo que quizás no percibisteis porque no estáis acostumbrados a verlo en el mundo real, era un pensamiento propio; abstracto por pensamiento y personal por propio.
Visto el resultado creo que pasaré de hacer mas entradas como esta dejando los temas profundo en manos mas expertas.
Por Pab... quería decir: Por André
PD: Y, por cierto, la dedicatoria final era a otra persona.
quien más o quien menos ha mantenido alguna vez relaciones sexuales con una mujer de más de 30 años.
yo no... :P
kaos, tranquilo... es imposible conseguir que todo el mundo entienda a qué te estás refiriendo cuando pones post un poco serios, pero no dejes de escribir por eso!!!
Ahora en serio, el primer comentario era porque me cuesta digerir las cosas buenas que no me espero de la gente. Respecto a lo de los amigos, pues decirte que yo en mi infancia, a eso de los 18 años, aún creía con firmeza en que se podía confiar en la gente. Tres años después me di cuenta de que la mayoría ve poco más allá de sus propios intereses y que hasta las personas más cercanas te pueden cercenar el alma en cachitos, pero también que hay gente que te sorprende y te hace sonreír, por primera vez en muchos años, al levantarte. Siempre habra alguien por el/la que merezca la pena arriesgarnos. A veces acertaremos, a veces no... É o que hai.
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